“Que siempre y en todas partes, pueda respetarse la libertad de conciencia; y que cada cristiano pueda dar un ejemplo de coherencia con una conciencia recta e iluminada por la Palabra de Dios”, es el llamamiento del papa Francisco con ocasión de la “Jornada de la Conciencia” que se celebra hoy y que fue “inspirada por el testimonio del diplomático portugués Aristides de Sousa Mendes, quien, hace ochenta años o más, decidió seguir la voz de la conciencia y salvó la vida de miles de judíos y de otros perseguidos”.
En su saludo a los fieles de habla hispana el pontífice recordó que también este viernes, coincidiendo con la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, quiso llamar a toda la Iglesia Universal a una Jornada Mundial por la Santificación de todos los Sacerdotes.
El Papa los animó a rezar por los sacerdotes, por su párroco. “Por aquellos que están cerca de ustedes y conocen…, para que a través de vuestra oración el Señor los fortalezca en su vocación, los conforte en su ministerio y sean siempre ministros de la Alegría del Evangelio para todas las gentes”, dijo.
En italiano, el Santo Padre, invitó a todos a descubrir las riquezas escondidas en el Corazón de Jesús, a aprender a amar al prójimo. Esta fiesta, es tan querida por el pueblo cristiano. Pidió que dirijamos la mirada al Corazón de Jesús y encontraremos paz, consuelo y esperanza.
Al momento de saludar al pueblo polaco, el Santo Padre recordó que hoy es la memoria litúrgica de San Hermano Albert Chmielowski, protector de los pobres, quien ayudó a los desamparados y marginados a encontrar un lugar digno en la sociedad. Imitando el ejemplo de San Francisco de Asís, se le llama el "Pobrecillo" polaco. El lema de su vida era: "Ser bueno como el pan". Sigámoslo con amor fraternal, dijo el Papa, llevando ayuda a los hambrientos, a los perdedores de la vida, a los pobres, a los necesitados y especialmente a los sin techo.
En portugués, Francisco animó a que, con la oración de intercesión y el ejemplo de vida cristiana, nos convirtamos en "luz" para nuestros hermanos y hermanas, especialmente para los que están en la oscuridad de su fragilidad, para que se dejen iluminar por la misericordia divina.
En árabe, el Papa recordó que Moisés nos insta a rezar con el mismo ardor que Jesús, a interceder por el mundo, a recordar que éste, a pesar de todas sus fragilidades, siempre pertenece a Dios. Y el mundo vive y prospera gracias a la bendición de los justos, a la oración de piedad que los santos elevan sin cesar a los hombres.